febrero 28, 2007

Cada par de zapatos es un mundo

Un fin de semana cualquiera mientras corremos en el parque, Gina nos invita a tomar un café ya que estuvo unos meses fuera del país y quiere contarnos su experiencia en los maratones de Houston. Lactato nos acompaña a correr un rato y al final nos deja botados porque le es imposible ir a nuestro paso. Teddy comienza a correr con nosotros, nos deja, nos alcanza y nos vuelve a dejar mientras saluda y silva a grupos de corredores lejanos. Antonio nos comenta unos gráficos que montó en el programa del Polar en su última sesión de velocidad. Esos índices y gráficos son de gran ayuda para entender lo que hacemos. Álvaro nos da consejos sobre la alimentación y la vida. Juan Andrés se muere de ganas por correr día y noche, pero los médicos le indican que no debe hacerlo. A Lorena no la he visto más, aunque siempre nos escribe. Francisco se recupera de una lesión al golpearse con su escritorio. Esto pareciera ser una representación de la pugna entre nuestras vidas de ejecutivos y el deporte. En este caso, la oficina le jugó una mala pasada a Pancho. Orlando postergó Nueva York y no ha venido más. De seguro que aparece un fin de semana de estos y nos muestra sus avances, después de aquella lesión odiosa. Boris con los zapatos en la maleta, pero pendiente de saludarnos de vez en cuando y de correr donde pueda. Alfredo cumplió su meta de correr Nueva York con sus dos hijos. Vaya orgullo, una foto para la posteridad. Carlos no quiere correr más. Se niega a admitirlo, pero la bicicleta le ha dado mejores dividendos y lo único que lo ata al trote son los recuerdos y sus amigos. Douglas cruza dos ciudades y llega al parque a las seis de la mañana un sábado. Logró su clasificación a Boston y eso merece respeto dadas sus múltiples ocupaciones. Ernesto ahora corre con su oficina. Sí, las últimas veces lo hemos visto con parte de su gente en el parque. Eso es lo que se llama estar comprometido con su personal. Una empresa saludable, sin duda. Gerardo está de reposo, pero en el fondo nos ha permitido reposar a nosotros ya que su afán nos tenía a todos reventados para seguirle el paso. Ahora se debate en postergar Boston. Jaime no se da mala vida. El disfruta la carrera y se la toma con calma. Ni un paso atrás. Luis no termina de arrancar.

Estos son algunos de mis amigos corredores. Cada uno con sus ideas, su estilo y sus metas. Aun cuando mi trabajo es estudiar el mercado y he hecho muchas segmentaciones del mismo, no me atrevo a clasificar a esta gente. La Runner’s World acaba de publicar en su edición de marzo cuatro tipos de corredores: Los Guerreros, Los Socializadores, Los Puristas y los Ejercitadotes. No me atrevo a clasificar a mis amigos, pero les recomiendo el artículo.

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