Como buen corredor, lo primero que hago cuando preparo mis maletas es meter mis zapatos de correr.
La semana pasada tuve la oportunidad de tomarme unos días de descanso y visitar la región de Lara y Yaracuy. El segundo día de mi viaje, lo más temprano posible que mis días de descanso y el trajín del día anterior me permitían, me dirigí a las 7:00am del gimnasio del Hotel Hilton, cuando me encuentro con la desagradable sorpresa de que está cerrado.
Un amable empleado me indica con una sonrisa que jamás entendí, los fines de semana abrimos a las 10:00a. Esta sentencia retumbó en mis oídos como un insulto. Ya me parecía una tragedia que el Valle Arriba Atletic Club en Caracas abriera los fines de semana a las 8:00am como para que este señor me dijera tan risueño que a partir de las 10:00am podía usar el gimnasio. Que va! A esa hora esperaba yo estar desayunando con mi familia para luego iniciar la jornada vacacional.
Me aventuré entonces a la calle. Y digo me aventuré no sólo porque salir a correr en la calle es un asunto riesgoso en esta quinta república, sino porque no conozco la ciudad. Pues, al final en busca de alguna pista o polideportivo, me terminé topando con una especie de parque muy bonito que queda en la entrada de la propia ciudad, a escasos 3k del hotel. Luego por mis amigos supe que le llaman Cardenalito y es una especie de caminería pública donde los barquisimetanos acuden a caminar o trotar en un ambiente realmente bonito y agradable. La vuelta, eso sí, tiene una buena subida y mide en total poco más de un kilómetro.
Allí les dejo este dato para aquellos que terminen en las tierras larenses y no quieran dejar de correr.
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