abril 27, 2009

El relato de Pedro (Alvarez) en Boston 2009

A continuación les publico parte del relato que mi amigo Pedro Alvarez compartió con su grupo de entrenamiento. Para los que no lo conocen, Pedro es el líder de un grupo de corredores llamado Con Todo y excelente atleta. Así como el año pasado hizo un excelente 3:07 en Boston, este año le tocó cubrir la distancia en mayor tiempo y aquí su historia:

Pedro dice: "Quiero escribir esto de una vez, antes de que la mente me traicione y borre el dolor y con ello se vaya el aprendizaje.

Antes que nada, porque lo primero es lo primero, debo decir que tenía la ilusión de titular este recuento así: “CON UNA PEQUEÑA AYUDA DE MIS AMIGOS”, pero era una historia con un final distinto. Sin embargo cuando antes de Semana Santa me lesioné y entré en pánico, salió el auxilio de mis amigos para de manera incondicional ayudarme a luchar contra las lesiones, contra el poco tiempo que quedaba, contra mi terquedad, contra mí mismo y simplemente apoyarme en la batalla, que jamás abandoné, de poder correr Boston como Dios manda.

No se pudo, pero se corrió, mal, muy mal, pero se corrió, y ya eso abre el espacio para públicamente agradecer a esos que me metieron duro la mano: Una Lilia (Nuñez) que abre un hueco donde no lo hay, que mete unas Ondas de choque apresuradas y que accede a inyectarme un Diprospan (ella es enemiga de eso) para apoyar mi inquietud; Una Yoli Vivas(de Metas Sports) que no escatimó dedicación y ayuda aún en los días santos; Un Catire (Lastenis Chirinos) siempre generoso que busca a un Hember (al que yo no conocía) dedicado y amable para que me atendiera aún cediéndome su espacio y su casa para ello; Un excepcional David (Centeno) siempre pendiente y preocupado empujándome a seguir luchando con su habitual cariño de: “Mira pajuo, anda a tal lado que yo te lo pago, tu eres tonto, déjame llevarte mi ultra sonido para que te lo pongas cuatro veces al día, tu lo que estas es asustado… etc etc”; una Monik (Maielo) que me consigue de inmediato la atención a domicilio de un Osteópata; una Mayú (María Eugenia Navarro) y una Franca (Messina) ayudándome a que me atendieran extraordinaria y excepcionalmente bien unas masajistas que me enamoraron; Unas oportunas palabras de muchos de mis Con Todos en momentos en que en realidad hacían falta, y en fin gestos, palabras, apoyos que en definitiva lucharon a mi lado para llegar a Boston.

Boston hoy en día tiene en mi alma la paradoja de ser el escenario en donde he hecho el mejor y el peor tiempo de mi vida. La dualidad, el ying y el yang, los extremos que se tocan son vivencias que me han perseguido, quizás yo las procuro, diría Mayú, durante toda mi vida. Las dualidades no me molestan, me entusiasman, las vivo y de ellas procuro aprender.

Visto el resultado de mí maratón pensé titular esto: “VOLVER A EMPEZAR” o “RESPETAR LA TRADICIÓN”, para referirme a la locura que viví en esa carrera. Ahora me doy cuenta del error:

Viajé con dudas, esperé con dudas y salí a correr con dudas, y ahí está el resultado. Un tipo que vivía gritando el dogma de: EL QUE SALE LLEGA, de repente pierde el foco, se pierde en sí mismo, se inventa una cosa que no existe, y ahí está el resultado.

Me explico: Salí a correr para abandonar y con esa mentalidad absurda salí a correr sin reconocer mi realidad. Me sabía lesionado, me sabía inseguro y en vez de ajustar esa realidad a una expectativa real, salí para abandonar la carrera e inventé una de las estupideces mas enormes que pueden hacerse en un maratón: Salgo a más de lo que puedo, o mejor dicho a más de lo que debo, y si me siento mal me salgo a la mitad…. y así lo hice, Salí a 4.20 minutos por Km. (que se supone es mi paso de maratón) a ver si lograba mantenerlo, o hasta donde lograba mantenerlo, como si mientras uno más corriese se fuese a sentir mejor.

Imagínense caí en la trampa de salir a correr más rápido de lo que debía para ver si por ahí en el Km. 30, donde todo el mundo está mamado así esté súper sano, yo me sentía mejor. Creo que me duró como 15 K, y ahí empecé a mermar, pero como yo pensaba abandonar entonces no me importó y dije: déjame marcar los 21 K y me salgo. Llegué al 21 en 1 hora 34 minutos y me salí, y le dije a un policía que aunque no estaba mal (es decir no tenía ninguna emergencia) me quería salir y que me llamara a un taxi.

Voy a repetir esa tontería otra vez: Le dije que aunque no estaba mal me quería salir…..¿Cómo se puede correr un maratón con una mente así? Pero Dios es mi amigo, ya lo saben, y siempre, hasta cuando me meto a estúpido, me protege, y me dejó ahí como 10 minutos congelándome y el taxi no llegó, y ante tamaño fracaso (el de abandonar, digo) no tuve más remedio que seguir, y seguir y seguir, despacio, a veces caminando y siempre pensando en donde me podía retirar sin mayor dificultad.

Boston, para los que no lo saben, sale lejísimo y resulta que no hay un buen lugar para abandonar la carrera sino como en la milla 22, y ya ahí me daba flojera salirme. Y les vuelvo a preguntar, porque aquí está el quid del asunto: ¿Cómo se puede enfrentar un 42 k con esa manera de pensar? No se puede, no se debe y es una estupidez hacerlo así. Bien hecho que no encontré donde salirme cómodamente porque así no me quedó otra que terminar mi carrera.

El castigo, bueno, ya lo dije, el peor tiempo de mi vida. Bien hecho. Pero con todo y todo, y aquí dirán que me metí a loco, estaba contento al pasar esa meta. Y es que lo que uno hace en este deporte no tiene una respuesta científica, entendible o razonable. ¿Por qué hago esto?, la respuesta es simple: Porque me gusta, y punto.

Cuando quieran, además ya saben que eso lo disfruto, nos ponemos a filosofar, que si corremos por huir, que si corremos por encontrarnos, que si lo hacemos para sentirnos orgullosos de nosotros mismos o si lo hacemos para que los demás sientan orgullo de nosotros, o quizás si lo hacemos por un poco de cada cosa. Yo en verdad no lo sé, pero cuando llegué estaba feliz. EL QUE SALE LLEGA, ahora más que nunca vuelvo al viejo adagio, al perfecto proverbio que nos inventamos como grito de guerra cuando éramos principiantes y éramos más humildes y más simples, y el reto solo era terminar, como siempre debe serlo. El tiempo, luego, es otro tema, pero para tener un buen tiempo hay que primero terminar la carrera"

No hay comentarios.: