Cuando los deportistas conocen que la sola actividad deportiva o recreativa no mejoran la fuerza muscular acuden al entrenamiento resistido (o con pesas, generalmente) para generar la adaptación de aumento de la fuerza. En la mayor parte de los casos, este entrenamiento se realiza de manera intuitiva, seleccionando un grupo de músculos, realizando series de largas repeticiones (de 10 a 15) con una frecuencia de 2 a 3 veces a la semana. La gran sorpresa ocurre cuando este deportista acude a un profesional, se evalúa las capacidades físicas y se obtienen importantes debilidades en los músculos claves para su actividad. ¿Qué ocurrió? ¿Falló el entrenamiento? Es lo más probable.
Los principios del entrenamiento resistido consideran: las acciones musculares, la resistencia usada, el volumen de repeticiones (número), los ejercicios seleccionados, la secuencia de los ejercicios, los intervalos de reposo, la velocidad de la repetición, el metabolismo energético a entrenar (aeróbico o anaeróbico) la frecuencia de entrenamiento. La planificación del entrenamiento con pesas requiere de todos éstos principios, los cuales se integrarán con las metas individuales del deportista, la valoración de su fuerza muscular, equilibrio y la flexibilidad, del metabolismo principal en el deporte (aeróbico o anaeróbico), la predisposición de lesiones del deporte, la cita o competencia deportiva.
La carencia de un diseño metodológico del entrenamiento resistido produce el llamado Síndrome de Adaptación General, el cual sucede cuando el músculo se adapta a las demandas del entrenamiento debido a la falta de variación de los estímulos involucrados (el de los principios de entrenamiento) con el resultado de la adaptación y la ausencia de ganancias de fuerza. Esto ocurre con alta frecuencia en los deportistas con rutinas de entrenamiento, entendiéndose por ello todos aquellos formatos de ejercicios con poca o ninguna variación de los estímulos empleados. El resultado? Un estancamiento en los niveles de fuerza, asimetrías en el nivel de fuerza (desbalances musculares) alteraciones de postura, incapacidad para aumentar la velocidad sin lesiones y lo peor, pérdida de tiempo!
Por ello, para ti, que quieres vivir a plenitud la actividad física, es importante acudir a un profesional que evalúe tus capacidades físicas para el deporte que practicas y mejore la calidad del entrenamiento, produciendo ganancias de salud y bienestar y no estancamientos.
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