ANTES QUE NADA: les pido disculpas a mis lectores por no haber atendido el blog durante estos últimos días. Estuve una semana de vacaciones y me desconecté totalmente. Bueno, me refiero a Internet y la computadora, porque de la carrera no estuve nada desconectado. Estuve en Miami y de eso les contaré.
PRICELESS: Como muchos saben, he venido conviviendo con una lesión en mi pie izquierdo (eso es definitivamente más fácil que decir que tengo una restricción de la movilidad del cuboides) que paradójicamente me la hice jugando Softball y no corriendo. Eso me obligó a cambiarme del Maratón de Miami (que venía corriendo hace dos años) a la Media Maratón. Sin embargo, como todo en la vida tiene su lado bueno, encontré la oportunidad propicia para acompañar a mi madre en su carrera que también se ha convertido en tradición. No todo el mundo ni todos los días uno tiene la oportunidad de correr un medio maratón con su mamá, tomarse la foto en la llegada y de paso saber que ella quedo de primera en su categoría (70-74 años). Como diría el comercial de Master Card, eso no tiene precio.
LAS DOS CARAS DE UNA MISMA CARRERA: Esta oportunidad también me permitió ver una misma competencia desde dos ópticas diferentes. La de hace dos años cuando buscaba mi clasificación a Boston con un 3:09 (que finalmente se convirtió en un 3:23 y una caminata dramática en la milla 32) y la de la carrera del domingo, a un paso de una señora de setenta años.
Como le venía diciendo a muchos amigos, el Maratón de Miami se venía ganando su puesto. Cada vez mejor organizado y con mayor participación. El clima, húmedo, pero pasable para los que vivimos en el trópico, cerca de la playa. Esta era mi versión antes del domingo. Hoy, tengo una visión un poco distinta, no sólo por la lluvia que nos cayó a la salida y que no tiene nada que ver con la organización (que no había sucedido en las dos ediciones anteriores) sino porque para los que vienen más atrás la hidratación no estuvo del todo bien. Parecía una carrerita de colegiales al ver a los muchachos empinando sus galones de agua mineral a la carrera para poder reponer los vasos de agua que los ávidos maratonistas pasaban buscando por las mesas de hidratación. Un desastre, pues. Esta fue una visión del maratón que solo tuve por ir a un paso más lento que el habitual.
Pero también tengo que decir que ir corriendo sin presión de hacer un tiempo me permitió disfrutar los detalles de una carrera que definitivamente si tiene su encanto. No es lo mismo pasar corriendo por Ocean Drive sacándose los ojos que ir a un paso que te permite ver a la gente que te apoya desde las aceras. También pude ver a los que corrían a mí alrededor y decirles a los que venían cansados contando que les faltaban cinco kilómetros que no pensaran en la distancia que les faltaba sino que la que ya había recorrido.
2 comentarios:
Una gran felicitacion a tu Mama, por ese gran evento de la emdia maraton. Y sobre lo que dices de poder ver las cosas cuando vas despacio, eso es una reflexcion interesante, ir lento para disfrutar mas y que son momentos inborrables.
Te dejo este buen video de Dean Karnazes. un saludo desde Mexico.
http://www.youtube.com/watch?v=Lt80muQ8eb8
Raul, gracias por tu comentario y el video!
Publicar un comentario