enero 22, 2008

Conociendo los Músculos para Correr (2 de 2)

Por Maira Prado, Fisioterapeuta, Directora de Fisioterapia y Entrenamiento Deportivo en Metas Sports.

La marcha o carrera no sólo requiere del apoyo de cada pie durante cada paso, (fase de apoyo) sino del avance de cada pie en el espacio. El movimiento de avance se conoce como fase de balanceo, motivo a estudiar en esta segunda parte de conocimientos básicos de los músculos para correr.

La fase de balanceo comprende: el prebalanceo, que consiste en la preparación del pie que se va a avanzar. En este momento, se transfiere el peso de una pierna, que se encuentra en apoyo sólo en los dedos, a la otra, que se deben encontrar en la fase de apoyo medio. Los músculos involucrados son los gemelos, impulsando el pié hacia abajo y el recto anterior del cuadriceps, impulsando la pierna hacia adelante. La debilidad del cuadriceps puede causar restricciones musculares en el psoas ilíaco, otro importante flexor de cadera.

Con el despegue del pie del piso comienza la fase de balanceo inicial, caracterizada por una flexión de cadera, de rodilla, y una flexión dorsal (elevación de la punta del pie). El propósito de esta fase es permitir el paso libre del pie, por lo tanto se hace imprescindible la contracción de los músculos psoas ilíaco, recto anterior del cuadriceps (flexores de cadera) bíceps crural (flexor de rodilla) tibial anterior (flexor dorsal). La debilidad de éstos músculos puede producir múltiples consecuencias, por ejemplo: con el bíceps crural débil el recto anterior del cuadriceps y el psoas ilíaco tendrán que flexionar más la cadera para que el pie pase libremente, esto trae como consecuencias la sufrida tendinitis del recto anterior del cuadriceps y la mencionada restricción del psoas ilíaco. Otra compensación la podría hacer el músculo tríceps sural, aumentando su contracción en el prebalanceo, impulsando con más fuerza la pierna hacia adelante pero gastando más energía…. En el corredor estos escenarios son muy comunes, ya que las debilidades abarcan muchos músculos.

A medida que el pie continúa en el aire se llega a la fase del balanceo medio, caracterizado con que la pierna que va en el aire ya ha alcanzado a la que está en apoyo medio. Nótese la flexión de rodilla y la elevación de los dedos del pie que está en el aire. Si se desea acelerar el paso de la carrera, son indispensables unos isquiotibiales (flexores de rodilla) fuertes para avanzar la pierna en conjunto con el psoas ilíaco. La debilidad de los isquiotibiales puede causar restricciones en los gemelos y hasta fascitis plantar, ya que el tríceps sural tratará de dar más impulso a la pierna para compensar su debilidad. En esta fase es de vital importancia la estabilidad de la cadera y rodilla que brindan el glúteo medio y el cuadriceps de la pierna de apoyo.

Finalmente llegamos al balanceo terminal, su propósito es completar el avance de la pierna y preparar el pie para el apoyo inicial. En esta fase son importantes: el cuadriceps, que extiende la rodilla para que el tibial anterior eleve la punta del pie y suceda el apoyo del talón. El glúteo mayor y los isquiotibiales, que desaceleran la pierna que viene del balanceo medio para que el pie se pueda presentar adecuadamente. La alteración más común en los corredores es un balanceo terminal con flexión de rodilla por debilidad del cuadriceps. El resultado puede ser una tendinits patelar.

A medida que los corredores tengan el conocimiento suficiente de su deporte tendrán más herramientas para auto conocerse, potenciar su patrón de carrera, prevenir las temidas lesiones y comunicarse a tiempo con el equipo de especialistas para alcanzar con bienestar todas las metas posibles.

Imagen 1:
Nótese la otra pierna en la fase de apoyo medio
En la fase de pre-balanceo el pie que va a avanzar se apoya en los dedos











Imagen 2:
Nótese el pie que sale del despegue de los dedos para ir al balanceo inicial














Imagen 3:
Psoas iliaco, flexor de cadera en el balanceo medio
Bíceps crural, flexor de rodilla en balanceo medio














Imagen 4:
Balanceo terminal: la rodilla debe estar extendida para que se pueda elevar la punta del pie que se va a apoyar en el piso.


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