Artículo publicado en la revista Business Venezuela del mes de abril 2009
Hace algunos años el uso de la tecnología en la práctica deportiva estaba reservado para los atletas de alta competencia. Todos recordamos como en los juegos olímpicos de Los Ángeles los ciclistas estadounidenses mostraban al mundo sus últimos avances en aerodinamismo en sus bicicletas. Estos avances no se limitan sólo al ciclismo y a la competencia propiamente dicha, sino a los períodos de entrenamiento, donde los atletas son sometidos a exámenes y entrenamientos con base científica para obtener de ellos el mejor rendimiento posible.
Pero no siempre la tecnología estuvo tan a la mano del deporte. Hace casi medio siglo, el Etíope Abebe Bikila ganó la medalla de oro en el maratón de las olimpiadas de Roma. En aquella carrera memorable, el mérito de Bekele no sólo estuvo en romper el record mundial de esa distancia y convertirse en el primer africano en ganar los 42.195 metros en las olimpiadas, sino que además corrió descalzo. Al llegar a la meta, sus palabras fueron “Yo quería que el mundo supiera que mi país siempre ha ganado con determinación y heroísmo”.
Las cosas han cambiado y estas tecnologías y conocimientos no sólo se han desarrollado vertiginosamente, sino que además se han colocado a la mano de atletas recreacionales, dejando de ser un privilegio de los atletas de alta competencia.
En el caso del maratón, deporte que practico desde hace quince años, he sido testigo de un aumento considerable de su popularidad y de su desarrollo y masificación tecnológica.
Con ocasión del reciente Maratón de Boston, asistí a la John Hancock Sports & Fitness Expo, donde los principales proveedores de la industria muestran sus productos y últimas innovaciones a más de 80.000 asistentes, entre participantes en el maratón más antiguo del mundo y sus acompañantes. Dentro de la muestra se encuentran las prendas de vestir y el calzado, los accesorios como relojes y gafas para el sol así como productos alimenticios, por mencionar los más importantes.
En el caso de las prendas de vestir, los tejidos son cada vez más sofisticados y permiten que los atletas se mantengan frescos aún en climas extremos, con ropas más livianas que las típicas camisetas de algodón. Cool Max (Asics), Dry Fit (Nike), Clima Cool (Adidas), son algunas de las marcas asociadas a las tecnologías de las empresas más reconocidas.
Quizás el calzado es uno de los que más ofrece diversidad, desde la aventura de Bekele. Aquí lo primero que debe saber el corredor es qué tipo de pisada tiene, para lo cual los proveedores aplican técnicas que van desde un análisis de video hasta equipos más sofisticados para determinar con gran exactitud las características que debe reunir el calzado. Se trata pues de buscar una mezcla de suavidad-dureza, peso y amortiguación que permita que el corredor se sienta cómodo a pesar de los impactos. Aquí también las grandes marcas tienen diferentes aproximaciones tecnológicas. Nike con su Air, Asics con su Gel y Saucony con su Grid, por mencionar sólo algunas.
Entre los accesorios, el “reloj” muestra las mayores innovaciones en los últimos años. De hecho, hemos entrecomillado la palabra ya que hoy día estos accesorios han dejado de ser simples cronómetros para pasar a realizar una diversidad de tareas. Ahora estos dispositivos permiten medir el ritmo cardíaco y realizan una serie de pruebas relacionadas con las condiciones físicas del atleta e incluso muchos de ellos incorporan la posibilidad de medir la distancia y el paso o velocidad de carrera, entre otros indicadores. Aquí también las tecnologías son diversas, encabezadas por los GPS de Garmin y las tecnologías inerciales, como la usada por la finlandesa Polar.
El Ipod no podía faltar entre los otros accesorios. Este reproductor mp3 se convierte en una gran compañía a la hora de recorrer largas distancias y adicionalmente a través del dispositivo Nike+ y el Ipod Nano es posible que el corredor lleve un registro de la distancia recorrida y su ritmo de carrera.
Todos estos dispositivos, que miden distancia y ritmo, permiten descargar la data en una aplicación de escritorio o en sitios de Internet, donde se ofrecen múltiples posibilidades de ayuda para el análisis e incluso para compartir la información con otros usuarios fanáticos de esta actividad.
Definitivamente, las cosas han cambiado mucho desde que Bekele hizo historia.
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