Terminada la evaluación de capacidades físicas, una de las conclusiones para la mayoría de los deportistas es el bajo nivel de fuerza muscular, capacidad de gran importancia en la prevención de lesiones y en la realización de una correcta mecánica deportiva. En consecuencia, es común la siguiente interrogante: ¿por qué? Por que caminar, correr, nadar y montar bicicleta son actividades aeróbicas.
Desde un punto de vista energético, las actividades físicas se clasifican en aeróbicas y anaeróbicas. Las aeróbicas son actividades que requieren contracciones musculares prolongadas en el tiempo, sucediendo en un espacio comprendido entre tres minutos hasta horas y requieren oxígeno para producir energía para la contracción muscular. Ejemplo de ello son actividades como caminar, correr, nadar y montar bicicleta. Las anaeróbicas, son actividades de corta duración (entre 1 segundo y menos de tres minutos) y que no requieren del oxígeno para producir la contracción muscular debido a que dependen de los depósitos de energía almacenados en el propio músculo. Ejemplo de ello son los entrenamiento de velocidad en los programas de maratón, los ejercicios de saltos (pliometría) las brazadas finales en los últimos metros de natación, los ejercicios con pesas con altas cargas, pocas y rápidas repeticiones.
Ante el entrenamiento, el cuerpo humano realiza adaptaciones en respuesta a la capacitación energética: en el ejercicio aeróbico, la adaptación resultante es la mejora de la capacidad cardiovascular y respiratoria. El corazón es capaz de bombear más sangre por latido, el transporte de la sangre hacia los músculos es más eficiente y el oxigeno
es mejor aprovechado por el músculo para generar energía para la contracción muscular. No existen adaptaciones de aumento de fuerza muscular como producto del entrenamiento aeróbico, por lo tanto no aumenta el número ni el tamaño de las fibras musculares. En consecuencia, con el entrenamiento aeróbico no se consigue aumento de la fuerza muscular. Ante el ejercicio anaeróbico, el cuerpo humano realiza adaptaciones de aumento del número y el tamaño de las fibras musculares, produciendo aumentos del nivel de fuerza muscular, pero no se obtienen adaptaciones cardiovasculares.
Las actividades aeróbicas requieren de la fuerza de los músculos para movilizar el cuerpo en el espacio. El entrenamiento aeróbico por sí solo no brinda fuerza muscular. En consecuencia, se producen limitaciones o modificaciones del movimiento que producen lesiones por el bajo nivel de fuerza de los deportistas. Es indispensable combinar el entrenamiento de los dos sistemas energéticos, ya que el aeróbico, por sí solo, no produce aumentos de la fuerza.
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